Funciones ejecutivas: el gran motor oculto del aprendizaje
POR Laura Fajardo Horno
26/10/2025

Funciones ejecutivas: el gran motor oculto del aprendizaje
Cuando un niño no logra terminar las tareas, se frustra con facilidad, olvida constantemente lo que tiene que hacer o se despista en clase, muchas familias lo atribuyen a la falta de motivación, a la inmadurez o incluso al “carácter”.
Pero detrás de estas dificultades muchas veces hay una raíz más profunda: las funciones ejecutivas. Son las grandes olvidadas del aprendizaje, y sin ellas, simplemente no es posible avanzar de forma autónoma ni construir un aprendizaje sólido.
¿Qué son las funciones ejecutivas?
Son un conjunto de habilidades cognitivas que permiten al cerebro organizar, planificar, memorizar, controlar impulsos y adaptarse a lo que ocurre.
Podemos imaginar al cerebro como una orquesta. Las funciones ejecutivas serían el director: no toca ningún instrumento, pero coordina todo para que la música suene bien.
Entre las principales funciones ejecutivas están:
● Inhibición: controlar impulsos y esperar el turno.
● Memoria de trabajo: mantener en mente información para usarla.
● Flexibilidad cognitiva: cambiar de estrategia o adaptarse a lo inesperado.
● Planificación y organización: establecer metas y pasos para lograrlas.
● Control emocional: gestionar la frustración, los cambios y la presión.
● Monitorización: revisar lo que se está haciendo y corregir errores.
¿Desde qué edad se pueden entrenar?
Desde la etapa preescolar (2-5 años) ya podemos observar los inicios de estas funciones:
cuando un niño espera su turno, guarda un objeto en su sitio, se calma con ayuda o sigue dos instrucciones sencillas.
Las funciones ejecutivas se desarrollan hasta la adolescencia, pero cuanto antes empecemos a estimularlas, mejor será su evolución.
La infancia es un momento clave para entrenarlas de forma natural: en el juego, en las rutinas, en las interacciones con adultos.
¿Qué señales nos alertan de un posible déficit?
● Le cuesta seguir instrucciones de más de un paso.
● Cambia de tarea constantemente, sin terminar ninguna.
● No recuerda lo que debe llevar al colegio o lo que tiene que hacer.
● Tiene reacciones emocionales desproporcionadas.
● Evita tareas complejas por miedo al error.
● Le cuesta adaptarse a cambios o nuevas normas.
Estas señales no son un diagnóstico, pero sí indican que el niño necesita ayuda específica, no solo académica, sino funcional y emocional.
¿Cómo lo abordamos en Proyecto PasiTOs?
En nuestro equipo contamos con profesionales que evalúan y trabajan directamente las funciones ejecutivas, especialmente en niños con TDAH, autismo, dificultades de aprendizaje o perfiles neurodivergentes.
- Evaluación neuropsicológica que identifica el perfil funcional del niño.
- Intervención individualizada, desde la neuropsicología y la terapia ocupacional.
- Acompañamiento a familias y docentes para establecer estrategias concretas.
- Trabajo en casa y en el aula, adaptando tareas y entornos.
Todo esto desde nuestro modelo de intervención único, basado en:
1. Salud integrativa
2. Trabajo en contexto natural
3. Prácticas centradas en la familia.
Sin funciones ejecutivas, no hay aprendizaje real
Podemos enseñar matemáticas o lengua, pero si el niño no puede mantener la atención, no recuerda la consigna o no puede regular su conducta, el aprendizaje no se sostiene.
Las funciones ejecutivas son el pilar oculto de la autonomía, la seguridad personal y el rendimiento escolar.
Entrenarlas no es un lujo: es una necesidad.
Si notas que tu hijo/a tiene dificultades en la organización, la atención, la planificación o la gestión emocional, en Proyecto PasiTOs podemos ayudarte, llama al 613 02 45 56 y te orientaremos a saber loq ue tu hijo/a necesita.
Evaluamos su perfil, os acompañamos en casa y damos herramientas para fortalecer su desarrollo desde dentro.
Porque cuando el cerebro se ordena… el niño evoluciona.
