Estrés infantil y desorden sensorial en el aula
POR Laura Fajardo Horno
27/06/2025
Estrés infantil y desorden sensorial en el aula
Cuando el entorno escolar desregula al niño, el aprendizaje se apaga. Esta afirmación, aunque impactante, resume la realidad de muchos menores que, lejos de portarse mal, están simplemente intentando sobrevivir en un entorno que sus sentidos no logran procesar adecuadamente.
Lucas tiene 5 años. No cuenta con un diagnóstico formal, pero en el aula presenta conductas que inquietan: no permanece sentado, grita cuando suena el timbre y muerde compulsivamente el cuello de su camiseta. Algunos lo tildan de “malcriado”, “hiperactivo” o “desobediente”. Sin embargo, lo que está ocurriendo es mucho más profundo: Lucas no está portándose mal. Lucas está en alerta.
Su sistema nervioso interpreta que el entorno es una amenaza: el eco de las voces, la textura del babi, los cambios de rutina, la imposibilidad de anticipar lo que viene... Todo ello activa una respuesta primaria: lucha o huida.
Muchas veces, desde terapia, obsevamos estos desafíos en niños/as con autismo, Déficit de atención o hiperactividad.
¿Qué sucede en el cerebro de un niño con desregulación sensorial?
La neurociencia ha demostrado que la exposición continua al estrés infantil, sobre todo en niños con alteraciones en el procesamiento sensorial, activa el eje hipotálamo–hipófisis–adrenal (HHA). Esto provoca un aumento del cortisol, la hormona del estrés, con efectos significativos:
● Se inhibe la actividad de la corteza prefrontal, encargada de funciones clave como el lenguaje, la memoria de trabajo y la autorregulación.
● Se dificulta la atención conjunta, el desarrollo del juego simbólico y la comunicación social.
● Se altera la producción y sensibilidad a la serotonina, un neurotransmisor esencial para la motivación, el bienestar emocional y el aprendizaje.
En resumen: cuando el entorno sobrecarga sensorialmente a un niño, su cuerpo no está preparado para aprender. Está sobreviviendo.
Desorden sensorial en el aula: mucho más que mal comportamiento
El desorden del procesamiento sensorial no siempre viene acompañado de un diagnóstico oficial. Sin embargo, sus efectos pueden observarse en muchos menores que experimentan dificultades en el aula. Es importante comprender que muchas conductas disruptivas no son deliberadas, sino respuestas adaptativas a un entorno que el niño
percibe como caótico o amenazante.
Aquí es donde los adultos juegan un papel clave. Una mirada informada, empática y basada en la regulación neurológica puede marcar la diferencia entre etiquetar a un niño y entenderlo desde un enfoque neurofuncional.
¿Qué necesitan estos niños en la escuela?
No necesitan castigos ni etiquetas. Necesitan entornos que regulen, no que disparen su alerta.
- Un entorno f´´isico o aula que tenga en cuenta el perfil sensorial del niño/A (Hiperrespeusta al ruido, respete las rutinas, ofrezca espacios sensoriales seguros...)
- Profesionales educativos formados en la detección de señales de estrés por sobrecarga de información sensorial.
- Adultos que comprendan que detrás del “mal comportamiento” puede haber una mala adaptación del sistema nervioso al entorno.
En Proyecto PasiTOs, trabajamos desde la Terapia Ocupacional con niños con desafíos en el procesamiento sensorial. Nuestro objetivo es crear espacios escolares que favorezcan el neurodesarrollo y el aprendizaje, en lugar de interferir con ellos. Además analizamos el perfil sensorial para mejorar la aprticipación en actividades diarias así como la autonomía del niño/a.
Nuestra intervención en el aula
- Observamos el comportamiento del niño con una mirada profesional y empática.
- Analizamos el perfil sensorial
- Adaptamos el entorno para reducir estímulos que puedan generar sobrecarga y creamos estrategias de regulación.
- Acompañamos y formamos a los adultos que rodean al menor: docentes, familias, cuidadores para aumentar comprensión y rutinas de regulación.
Porque un sistema nervioso regulado no solo mejora la conducta. Abre la puerta al aprendizaje, a la conexión y al desarrollo integral.
¿Notas señales de desregulación sensorial en tu hijo/a?
Cuando entendemos que el estrés infantil y el desorden sensorial en el aula no son caprichos ni malas conductas, sino respuestas del sistema nervioso ante un entorno abrumador, todo cambia. Cambia la mirada del adulto, cambia la experiencia del niño y, sobre todo, cambia su capacidad de aprender.
Si crees que tu hijo o alumno podría estar viviendo el aula como un entorno amenazante, o que no integra bien sus sensaciones del entorno, no estás solo. Podemos ayudarte a comprender lo que está ocurriendo, analizar su perfil sensorial, mejorar su participación y autonomía diaria y a construir juntos un entorno más predecible, seguro y regulador.
Llámanos o escríbenos. En Proyecto PasiTOs estaremos encantados de ayudarte a mejorar el neurodesarrollo de tu hijo/a.
Teléfono de contacto: 613 02 45 56
Proyecto PasiTOs- Terapia en contexto natural (a domicilio y en centros educativos)