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Cuando la rutina se vuelve terapia: Ayuda real en tu día a día

POR Laura Fajardo
22/05/2025

terapia a domicilio

Cuando la rutina se vuelve terapia: Ayuda real en tu día a día

 


Si tu hijo/a tiene desafíos diarios y te preguntas, ¿qué terapia será la idónea para mejorar su desarrollo y competencias? Este blog es para ti:


Un desayuno, una mochila y una oportunidad: Cómo convertimos la rutina en terapia


Mi realidad


Era lunes por la mañana y Marta ya iba tarde. Su hijo Leo, de 4 años, estaba sentado en la cocina mirando cómo se derretía la mantequilla sobre su tostada.
Mientras ella intentaba ponerle los calcetines, él lloraba. No por los calcetines. Por el mundo. Por algo que solo él entendía y que ella aún no sabía cómo traducir.


Esa mañana, como tantas otras, Marta pensó: “Necesito ayuda. Pero no quiero más informes. Quiero soluciones reales, para nuestra vida real.”

 

Terapia en contexto natural


Fue en ese momento cuando conoció a Laura, terapeuta ocupacional, que le habló de un enfoque diferente: “Vamos a trabajar donde ocurren las cosas. En casa, en el cole, en el parque. Porque ahí es donde Leo vive, y ahí es donde
puede aprender.”


Las primeras semanas, Laura no traía juguetes ni hojas de ejercicios. Observaba. Acompañaba. Y lo más importante: preguntaba.


—¿Dónde lo pasáis peor en el día?
—Los desayunos. Y las noches, cuando toca cepillarse los dientes.
—Perfecto —dijo Laura—. Entonces, ahí es donde vamos a empezar.

 

El cambio desde la cotidianidad


Poco a poco, Marta dejó de mirar la intervención como algo externo, reservado para una sala blanca y silenciosa. Comenzó a entender que su voz contaba, que su participación era el centro.


Laura no le decía qué hacer. Le mostraba formas, preguntaba cómo se sentía ella, y adaptaban juntas cada estrategia a la dinámica real de la familia.
En lugar de añadir más tareas a su día, convertían las que ya estaban en oportunidades de aprendizaje. Aprendió a usar los rituales del desayuno para anticipar el día, incluir pictogramas, practicar turnos.

Y en la ducha, aprendieron juntos a narrar acciones, contar hasta diez, y trabajar la autorregulación.

 

El rol de la familia y las estrategias generalizadas

 

“No se trata solo de lo que hace la terapeuta”, pensó Marta una tarde, mientras Leo le pedía por señas que le ayudara a elegir entre dos camisetas. “Se trata de cómo lo integramos en nuestra vida.”


Y eso marcó la diferencia. Porque las estrategias no se quedaban en una hora semanal. Se volvían parte del día a día. Y Leo empezó a cambiar. Pero sobre todo, cambió cómo Marta se sentía: más segura, más acompañada, más
competente.

 

Entonces entendí…


La terapia no tiene que parecer terapia. A veces, es un desayuno con mantequilla, una mochila mal cerrada o una canción antes de dormir.
Las familias no están ahí solo para seguir instrucciones. Son el corazón del proceso. Porque la intervención que se vive en el hogar, en la escuela, en el parque... es la que realmente transforma.


Si tú también te sientes perdida, sin saber cómo ayudar a tu hijo en el día a día, quizás no necesitas más cosas que hacer.

Necesitas a alguien que camine contigo. Y estrategias que vivan donde vive tu hijo: en su mundo, no en una sala.

 

 

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Existimos para acompañaros en el proceso.